La experiencia: El santuario de todos nosotros

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El santuario de todos nosotro

En la noche de la bendición, el 8 de septiembre del 2004, Monseñor Dr. Peter Wolf dijo: “Realmente se ha convertido en el Santuario de todos nosotros”. Con esto expresó lo que sintieron esa noche más de tres mil personas llegadas desde todo el mundo y de todas las comunidades de Schoenstatt. El Santuario de todos nosotros.

El Santuario de todos nosotros: una expresión que surgió en los meses de preparación a la bendición. El regalo de todos nosotros al Padre Kentenich. El regalo de todos nosotros a la Iglesia. El trabajo de todos nosotros que hizo posible que surgiera y tuviera forma. El bien y la propiedad de todos nosotros. La responsabilidad de todos nosotros.

Una demostración de que este Santuario es de todos nosotros, es el gran número de símbolos obsequiados por diversos países, comunidades y generaciones y que han sido ubicados en y en torno al Santuario. Se vio también en el amor y el trabajo con que se llenaron las vasijas, ofrecidas el día de la bendición del Santuario. Se vio en la diversidad de idiomas con los que se rezó y se cantó. Se vio en la alegría de “nuestra casa en Roma”, en la que no se es sólo una visita bienvenida, sino que es sentirse en casa. Porque no es el Santuario de un país, de una diócesis o de una comunidad. Es el Santuario de todos nosotros.

 

Ha permanecido el Santuario de todos nosotros

Santuario de la Familia de Schoenstatt italiana y del movimiento mundial. Santuario de la Campaña de la Virgen Peregrina y del Consejo General. Santuario de los sacerdotes y de los laicos. Santuario de los participantes en la carrera de antorchas, de los párrocos de las comunidades vecinas, de las familias jóvenes y sus hijos, de la Federación de Mujeres, de los Padres de Schoenstatt, de los Institutos y Ligas, de las parejas de novios. Santuario de los australianos, de los brasileños, de los alemanes, de los argentinos, de los peruanos, de los nigerianos.

Permanecerá  siendo el Santuario de todos nosotros

Se nos ha sido puesto en las manos “a todos nosotros”. En forma espiritual, financiera, apostólica.

“A todos nosotros” se nos ha confiado su fecundidad, su misión y el estar a su servicio.